Vivir en la calle es el resultado de una situación de exclusión social que se construye durante un largo periodo de tiempo, incluso años, hasta que finalmente resulta insostenible y cualquier suceso puede provocar que finalmente una persona caiga en ella.
Los motivos por los que una persona vive en la calle son muchos y diferentes, y no son en su totalidad responsabilidad de la persona. Estamos hablando de una serie de factores de origen diverso, entre los que destacamos:
Cuando hablamos de una persona sin hogar, hablamos de muchas más necesidades que la simple carencia de un techo bajo el cual vivir. Hablamos de la necesidad de un lugar donde sentirse seguro, donde guardar las pertenencias y disponer de identidad e intimidad, de la participación en la sociedad en un sentido amplio, de la plena autonomía en todos los aspectos vitales de la persona.
El uso de la tipología ETHOS, propuesta por la Federación Europea de Organizaciones Nacionales que trabajan con Personas Sin hogar (FEANTSA), y de la que San Juan de Dios forma parte, se ha venido imponiendo a nivel europeo para definir y tratar de analizar la exclusión residencial. La clasificación comprende cuatro posibles situaciones en las que pueden encontrarse las personas sin hogar; cada una de ellas comprende a su vez otras posibles situaciones:
1.- SIN TECHO:
2.- SIN VIVIENDA:
3.- VIVIENDA INSEGURA:
4.- VIVIENDA INADECUADA:
Se evidencia así la diversidad de situaciones que afectan al colectivo de personas sin hogar, las cuales no pueden ser abordadas de la misma forma, ni en los mismos espacios, ni con las mismas expectativas.
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