El 8 de marzo se conmemoran dos hitos muy importantes que tienen una estrecha relación y especial significado para Sant Joan de Déu València y la Orden Hospitalaria San Juan de Dios: el día del fundador San Juan de Dios y el día de la mujer.

Dos hitos que celebramos conociendo el vínculo que ya existió en el siglo XVI de la defensa por parte de Juan de Dios de los derechos de las mujeres. El 8 de marzo se celebra el día del co-patrón de la ciudad de Granada y fundador de nuestra entidad, conmemorando el día de su fallecimiento.

Juan de Dios fue un hombre adelantado a su época, como nos cuenta María del Mar Giménez Martínez, historiadora y gran conocedora de la obra de San Juan de Dios en la ciudad de Granada:

“Juan “el portugués” o Juan “el librero” llegó a Granada en 1538, tenía 42 años y fue allí donde encontró el lugar y las circunstancias vitales que le permitieron descubrir y desarrollar su verdadera vocación: ejercer la hospitalidad, desde una profunda misericordia, hacia toda persona necesitada de ayuda, sin distinciones ni prejuicios, a todos y a todas sin excepción.

Era un tiempo donde las mujeres no tenían derechos, ni posibilidades de participar en el ámbito laboral ni político. Si no era con el aval de un hombre a su lado, una mujer no era nada ni nadie. Sin voz y sin voto, la mujer en el siglo XVI estaba relegada al ámbito doméstico y en algunos casos, esa vulnerabilidad conducía a la marginación social sin remedio.

En Granada, un hombre de su tiempo, un laico vendedor de libros, Juan de Dios, se preocupó de atender las necesidades de las mujeres de toda clase y condición social: casadas con hijos que apenas tenían con que alimentarlos; protegió a las niñas adolescentes en riesgo de caer en la marginación social y en la prostitución como único medio de subsistencia; se preocupó de las prostitutas hacinadas en las inmediaciones del actual “Campillo”, abriéndoles puertas hacia una vida más digna y libre; se hizo eco de las viudas convertidas en pobres vergonzantes, es decir, aquellas que, al quedarse sin marido, aún conservaban sus casas, pero no tenían con qué alimentarse.”

Su atención para garantizar la seguridad y bienestar de las mujeres, sabiendo de la vulnerabilidad que sufrían en la época se ha transmitido e incorporado en el trabajo de todos los centros hasta hoy. La atención a las necesidades sociales del entorno, aportando una mirada atenta de acogida y hospitalidad hacia las personas más vulnerables es una seña de identidad Juandediana.

Trasladar el trabajo del fundador a la actualidad, nos hace inevitablemente mirar hacia una enfoque de derechos, una defensa del acceso universal para todas las personas. Toma mayor relevancia teniendo en cuenta que confluyen dos reivindicaciones que no pueden ir más de la mano: la defensa de los derechos e igualdad de las mujeres, junto con la celebración de la vida y obra de una figura muy relevante para la defensa de la igualdad y no discriminación.

Juan de Dios, inspira ya desde hace 4 siglos a hermanos, colaboradores/as y personas vinculadas a la organización que sigue su legado con compromiso y con voluntad de mejora constante.