Siete ópticos-optometristas voluntarios revisaron ayer la vista de 86 personas en riesgo de exclusión social, con las que trabaja a diario Sant Joan de Déu Serveis Socials Valencia. Prácticamente todas ellas necesitaban gafas o bien actualizar la corrección de las que llevaban puestas. Las recibirán nuevas, hechas ex profeso para su caso y sobre la montura que eligieron entre una amplia selección, en el plazo de un mes.
La acción, vigésimo octava del proyecto en España y tercera en Valencia, se llevó a cabo en el albergue que la institución tiene en la calle Luz Casanova, 8, de Valencia. El proyecto ‘Ver para Crecer’ se apoya en la experiencia en materia de cooperación de la Fundación Cione Ruta de la Luz y en la capacidad tecnológica de la iniciativa ‘Vision For Life’, de Essilor. Su objetivo es revisar la vista de personas sin recursos o en situación de vulnerabilidad en España, apoyando a organizaciones locales que trabajan con estos colectivos, y proporcionar, a todo el que se le haya prescrito y la necesite, una gafa graduada nueva adaptada a sus gustos y necesidades de manera gratuita.
Desde que naciera, en mayo de 2015, Ver Para Crecer ha revisado la vista de 3.000 personas en veintiocho misiones ópticas sobre el terreno en diversas ciudades españolas, y entregado casi 2.000 gafas graduadas a beneficiarios/as de organizaciones como Aldeas infantiles SOS , Fundación Tomillo , Mensajeros de la Paz, Fundación Xilema y Comedor Solidario París 365, REMAR, Fundación Atenea en Sevilla y Sant Joan de Déu – Serveis Socials/Obra Social, Fundación Jesús Abandonado, Nazaret, CaixaProinfancia, Cruz Roja, ADUNARE y CEAR.
C. A. fue el primero de los beneficiarios revisados ayer en Valencia. Con treinta años, le recetaron unas gafas para corregir su fuerte astigmatismo. Pero, desde que se le rompieron, no las había podido reponer. De eso, “hace más de veinte años”, cuenta. Después de revisarlo, Angel Guzmán, óptico-optometrista de Audio Óptica Mediterránea (Puerto de Sagunto), confirmó que tiene tres dioptrías de astigmatismo en cada ojo. Sin gafas, no podía rellenar una solicitud de trabajo, ni renovar su carné de conducir. Ahora, podrá hacer ambas cosas. Al cambio en su vida que ha propiciado el proceso tutelado de reinserción social de la mano de Sant Joan de Déu Serveis Socials, se sumó ayer la inyección de moral que le aportarán sus gafas nuevas. Lleva siete meses sin consumir cocaína y, poco a poco, vuelve a ser el que fue. Ahora ve a sus hijos cada fin de semana. “Sant Joan de Deu Serveis Socials me ha devuelto la ilusión por vivir”, termina.
Otra de las voluntarias, Rosa Perales (Óptica El Alger) reconoció el caso de G. G., de cincuenta años de edad. “Con las cuatro dioptrías corregidas por sus gafas nuevas, va a ganar mucha agudeza visual”, dice Rosa. Cuando las reciba, se sentirá más seguro a la hora de buscar un trabajo, que también para eso sirven las gafas. “Es un placer sumar nuestra aportación a la magnífica labor que hace, también en Valencia, la entidad San Juan de Dios. Ojalá las gafas ayuden a todas estas personas a seguir buscando, y encontrar finalmente, una segunda oportunidad”, valora Sara Calero, gerente de la Ruta de la Luz, presente ayer en la acción.
Rosa Peiró es Técnico en Sensibilización y Solidaridad de Sant Joan de Deu Serveis Socials València. Como en marzo de 2017, ella fue responsable de convocar a las personas en situación de vulnerabilidad que fueron revisadas ayer. “Nada más terminar la acción anterior, las trabajadoras sociales ya nos estaban preguntando que cuándo la íbamos a repetir, como ocurrió también ayer”, cuenta. “Gracias al proyecto Ver para Crecer, hemos sido consciente de las verdaderas necesidades visuales de sus beneficiarios. A raíz de la primera acción, descubrimos casos como el de un señor que llevaba dos meses sin quitarse las lentillas, muy limitado visualmente, y después, otros muchos”, sigue.
Por otro lado, Peiró destaca la labor de los ópticos voluntarios. “Su labor desinteresada nos da la esperanza de que otro mundo es posible. La solidaridad existe. Me emociona ver cómo el proyecto Ver Para Crecer crea el escenario idóneo en sus acciones. Los ópticos tratan a estas personas con el mismo respeto y cariño que a cualquier cliente de su óptica. Y, para ellas, que proceden del mundo de la exclusión, percibir ese buen trato, poder elegir su montura, y que les hagan una revisión tan profunda mejoran su autoestima”, termina.
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